“Un día, los hombres descubrirán un alfabeto en los ojos de las calcedonias, en los pardos terciopelos de la falena, y entonces se sabrá, con asombro, que cada caracol manchado era, desde siempre, un poema”. Alejo Carpentier.

lunes, 9 de mayo de 2011

GANADOR (B). Seudónimo: RA AMÓN. Autor: ASIER MERINO HERRÁN

JARPARS PERDIDO EN LA CIUDAD DE LOS FANTASMAS

Érase una vez un niño que se llamaba Jarpars Walroom que vivía con su familia muy feliz. A Jarpars le daban mucho miedo los fantasmas.
Un día los padres de Jarpars le mandaron a comprar pan, pero Jarpars se perdió en el camino porque era muy despistado. Pasó todo el día y no encontró su casa. Al anochecer, entró en un callejón sin salida en el que había un hotel raro, pero que muy raro. En la puerta había un cartel colgado lleno de polvo que ponía:

HOTEL OSCARBO

Es gratis

Así que Jarpars no lo dudó y entró en el hotel. En la entrada había un agujero negro que Jarpars no vio y cayó por él, apareciendo en una ciudad llena de fantasmas. El pobre niño se moría de miedo.
Jarpars se escondió detrás de una casa y vio un fantasma muy bajito, que de hecho era un niño de su misma edad. Jarpars se dio un susto de miedo. Cuando estaba a punto de gritar, el fantasma le dijo:
* Yo también he caído por el agujero negro hace seis días y también me he convertido en fantasma, igual que tú.
Entonces, Jarpars se miró las manos y se dio cuenta de que efectivamente era un fantasma, y dijo:
* ¡Nooooooooooooooo!
El fantasma se presentó, su nombre era Lapu. Quiso tranquilizar a Jarpars contándole que había oído que un mago fantasma había inventado tres pociones que hacían que un fantasma vuelva a ser persona y pueda volver al mundo de los humanos.
Entonces, Jarpars más animado dijo:
* Pues vamos a buscar dos pociones de esas.
Los dos nuevos amigos fueron donde vivía el mago y nada más entrar casi caen a un foso lleno de leones fantasmas. No cayeron porque rápidamente se agarraron al borde del foso y con gran esfuerzo consiguieron subir.
Después, las paredes de la habitación comenzaron a aproximarse para aplastar a los dos fantasmas amigos. Por mala suerte, no podían atravesar las paredes. ¡Menudos fantasmas!
Lapu vio un enchufe y le dijo a Jarpars
* ¿Tienes un cable?
Jarpars recordó que tenía uno en su bolsillo y se lo dio a su amigo. Lapu enchufó un extremo del cable en el enchufe y tocó la otra pared con el otro extremo del cable, entonces, la pared desapareció.
Los dos amigos se fueron por un pasillo muy, muy largo. Al final del pasillo se encontraron con el mago Chachán. Al lado del mago estaban las tres pociones mágicas.
Mientras iban caminando por el pasillo, vieron a otros fantasmas que también querían la poción mágica. En un momento, todos se lanzaron sobre las pociones, lo que provocó que una se cayera, se rompiera el frasco y el líquido se evaporara.
Jarpars y Lapu lucharon contra los otros fantasmas y los lanzaron por la ventana, no se hicieron nada porque usaron la sábana como paracaídas.
El mago dijo a los amigos fantasmas:
* Os daré las pociones si adivináis un ingrediente de la poción.
Los amigos fantasmas no sabían qué decir, estuvieron un rato pensando y se acordaron de los leones de la entrada. Así que finalmente dijeron:
* Melena de león.
El mago se sorprendió de que dos pequeños niños fantasmas hubiesen acertado mientras todos los fantasmas adultos y muy listos no lo acertaban, así que les dio las dos pociones que le quedaban.
Rápidamente, los dos niños fantasmas se la bebieron y cayeron por el mismo agujero negro por donde habían entrado a la ciudad de los fantasmas. Cada uno de ellos apareció en su casa. En la casa de Jarpars todos estaban levantados desayunando.
Al día siguiente, los dos amigos se echaban mucho de menos y también echaban de menos ser fantasmas.
La verdad, no se sabe si fue real o fue un sueño, pero a partir de entonces a Jarpars nunca le volvieron a dar miedo los fantasmas.

FIN



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